Las empresas año tras año hacen modelos más pequeños, fiables, de fácil instalación y con mayores prestaciones. Estos nuevos modelos con tecnología y materiales punteros requieren de un mantenimiento y un servicio cualificado y profesional.
Actualmente hay un sólido crecimiento en soluciones de aire comprimido. Se podrían identificar dos tipos de clientes potenciales de compresores, los del sector de bricolaje, con una amplia gama de útiles y accesorios de reducido tamaño para aplicaciones ligeras o requisitos de aire reducido; por otra parte, los clientes profesionales y/o industriales. Para ellos el aire comprimido es una fuente importante de energía, por lo que cada vez están más acostumbrados a dotarse de máquinas de alta calidad, elevadas prestaciones y bajo consumo.
En el primero de estos mercados, la tendencia se decanta hacia equipos más manejables y fáciles de almacenar, mientras que en el del profesional o industrial suelen ser equipos de pistón de hierro fundido y silenciosos, aunque sobre todo continúa imponiéndose en la industria el compresor de tornillo. Para las empresas es fundamental el compromiso y la seriedad con el mercado. Por ello, es muy importante procurar atender las demandas de la cadena de producción y necesidades de su centro de fabricación para que la calidad de producto no decaiga.
Las empresas apuestan por técnicos profesionales y especializados que permitan tener el menor número de paradas de la máquina para realizar el servicio y mantenimiento técnico que requiere el fabricante.