La pureza del aire comprimido es esencial para su equipo y sus productos. La sustitución regular de los cartuchos de filtro es fundamental para mantener esa pureza. Los cartuchos originales protegen su inversión inicial. Diseñados para conseguir un sellado óptimo, menos fugas y baja caída de presión, lo que reduce los costes de energía. El material del filtro, de calidad superior, impide que los contaminantes pasen al aire. Los núcleos de acero inoxidable anticorrosión ofrecen una alta fiabilidad.
El polvo y otras sustancias contaminantes pueden tener un tamaño microscópico pero suponen la principal causa de fallo prematuro del sistema. El filtro de aire es lo único que impide que estas sustancias contaminantes entren en su compresor.
Los filtros de aire originales están diseñados para las condiciones de funcionamiento específicas de su compresor, por lo que protegen su equipo a la vez que mantienen una alta eficiencia energética. La gran superficie del material filtrante evita que se obstruya y, por lo tanto, que se acorten los intervalos de servicio. Al absorber agua, tanto la eficiencia de filtración como el tamaño de los poros permanecen intactos. Elegir filtros de aire originales se traduce en un ahorro considerable a largo plazo que supera con creces la pequeña reducción de costes que supone adquirir piezas genéricas inferiores.
Una caída de presión adicional de 25 mbar en el filtro de aire reducirá el caudal del compresor en un 2%. Esto puede dar lugar a un coste energético anual extra equivalente al 5% del precio de su compresor.
En general, estos indicadores no son muy precisos y no ofrecen una calibración o precisión 100% fiable. Normalmente mostrarán un área verde y roja, lo que indica que si la aguja está en el verde, el elemento no necesita cambiarse. Los medidores de presión diferencial no son indicadores de servicio de filtro ni indicadores de calidad del aire; simplemente miden la presión diferencial y ofrecen una indicación solo de un bloqueo prematuro.
En el 95% de los casos, el indicador permanecerá en verde, incluso si se ha alcanzado el intervalo de servicio de 4.000 horas. En el 5% de los casos, el indicador cambiará a rojo, incluso si el intervalo de servicio es inferior a 4.000 horas. Se recomienda controlar la caída de presión sobre el filtro a intervalos regulares y reemplazar cuando la caída de presión sobre el filtro alcance 0,35 bar (5 psi) o ante los primeros signos de sabor u olor a vapor de aceite. En casi todas las aplicaciones, la contaminación del suministro de aire puede causar una disminución grave del rendimiento y aumentar los costes de mantenimiento en términos de reparaciones reales y pérdida de productividad. Por lo tanto, cuanto menor sea la eficiencia, mayor será el riesgo de costes adicionales.
Los filtros de aire genéricos están diseñados para ajustarse a diferentes equipos y esto afecta a la elección de materiales, a la eficiencia y a la resistencia.
Aunque externamente los filtros pueden parecer similares, la diferencia real se encuentra en el interior. Los materiales filtrantes de baja calidad pueden provocar unas caídas de presión más altas y, por lo tanto, aumentan el coste energético de su compresor. O pueden no ser eficaces a la hora de impedir que las partículas entren en el elemento compresor. Esto puede bloquear el elemento y obstruir y dañar otros componentes.
Confiar en filtros de aire genéricos es una apuesta arriesgada que puede provocar fallos en el compresor, tiempos de inactividad no planificados y una vida útil más reducida.